Sumario: | Despojos de la locura no contrapone el desorden, se acerca a escuchar como resuena el eco coral o de quienes contemplan el universo. Alfonso Tobar reclama una larga tradición de lo irracional, inscribe la poesía en el lado opuesto y complementario de la razón, habla “en nombre de los trabajadores”, se funde con el país del recuerdo, la búsqueda ansiosa del poema donde el trazo restaura el enlace madre-patria-trabajador-hembra-infancia. El poeta alude a la locura, pero esa enfermedad no define su propia sensibilidad, testimonia la dificultad de aceptar el presente, donde los sueños de la niñez se confunden con la utopía del porvenir. El poeta pertenece a una generación marcada por la guerra civil. De regreso a la patria, ya no es el mismo, no sabe si vivirá este nuevo Espacio-Tiempo-Sujeto/Energía como “visitante” furtivo, o, por lo contrario, se arraigará siempre como flora inmortal, pese a las lluvias del desamparo.
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