Sumario: | Hace un balance sobre el uso del adjetivo "lógico" en la legislación y sobre la implicación de que todo análisis jurídico tiene su base en la congruencia esencial de una lengua, no como sustancia metafísica, sino como identidad en un sistema congruente y con carácter funcional de razón comunicante. Añade que el derecho no usa un lenguaje, es un lenguaje, una modalidad de lengua, con adaptación evolutiva. Explica que el fenómeno jurídico, su relevancia como objeto de análisis y su significado como elemento de la realidad en la vida cotidiana de las personas sólo resulta explicable dentro de la sociedad.
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