Sumario: | Muestra cómo en el 2006, la reelección de Hugo Chávez parecía asegurada, en la medida en que su gestión parecía recibir una considerable aprobación entre los electores, y en la medida también en que el gobierno de Chávez no tenía frente a sí una oposición articulada. Señala que el caso venezolano merece sin embargo una atención especial por tratarse de un "laboratorio petropolítico", en el que la crisis de representación combina la consulta popular con un debilitamiento progresivo de la institucionalidad (tanto pública como privada) y en particular de las instituciones de mediación política y jurídica. Se propone la interpretación siguiente: más que un mandato para "profundizar" la "revolución bolivariana", la victoria de Chávez obedeció, por el contrario, al predominio de una posición conservadora y a un anhelo de normalización del panorama político y de evitación del conflicto.
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