| Sumario: | En Los amantes del Círculo Polar de Julio Medem (1998) la relación entre Otto y Ana es punto de partida, origen, momento de apertura a un otro para hacer frente a los vacíos cada vez más pronunciados del vivir. Si es una relación utópica es porque se sitúa más allá de la realidad, es decir, de las condiciones de realidad positivas de los personajes. Estos reclaman un momento de totalidad, un momento que, aún sabiéndose efímero, no se quiere tal. Los personajes niegan la realidad de lo que se les presenta -el dolor en sus vidas: la muerte del padre de Ana, la separación de sus padres y posterior muerte de la madre de Otto- porque les deja sin referencialidad a la cual seguir aferrándose para vivir sin miedo a la muerte, para vivir sin miedo a la vida. Sin embargo, no están dispuestos ni a dejarse anular ni a renunciar a momentos de plenitud. Sobre si ello es factible, sobre si es posible en este mundo burlar de alguna manera a la muerte e instalarse aunque sea precariamente en la felicidad conseguida con el amor, trata este artículo.
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