| Sumario: | Según el autor Herman Mora Vargas, la función notarial, más que un convencionalismo o acuerdo social, es el resultado de un proceso de prueba y error, en atención a un convenio social, orquestado por el Estado. La búsqueda de seguridad ha sido propia del ser humano durante toda la evolución de su historia, pues nos ofrece un sentimiento de protección frente a la incertidumbre y la desconfianza y la función del notario es, precisamente, brindar seguridad. Equivalente a la importancia que tiene el notario para nuestra sociedad, y a esa seguridad jurídica que debe brindar a sus clientes, es la responsabilidad que tiene de brindar un servicio apegado a los más altos estándares de calidad y de respeto a los principios que rigen la materia (Fe Pública, de la Forma, Inmediación, Rogación, Consentimiento, Unidad del Acto, Imparcialidad), de ahí la importancia que exista un régimen disciplinario que cumpla una función tanto de prevención de las faltas como de sanción de las mismas, cuando sea necesario, sin embargo, no es posible, a mi criterio, que en la actualidad exista inseguridad jurídica al no estar debidamente categorizadas las faltas, por lo que en la práctica se sanciona mayoritariamente con la suspensión de funciones, afectando, entre otras cosas, esa imagen de seguridad que debe brindar a sus usuarios, y, además, dicha sanción, no se ajusta al principio de proporcionalidad y congruencia que debe primar en un régimen disciplinario ya sea administrativo o judicial. Por lo anterior, me plantee, el siguiente problema: "En Costa Rica, el actual régimen disciplinario en materia notarial no permite sancionar al infractor primario o al infractor de faltas consideradas leves, mediante medidas alternas a la sanción de suspensión, debido a que, según el Código Notarial vigente, sanciona la mayoría de faltas en las que puede incurrir el notario, con la suspensión de sus funciones, limitando con ello sus derechos...
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