Sumario: | Las civilizaciones humanas siempre se han esforzado por encontrar nuevas formas de desarrollo, esto debido a los acelerados cambios industriales, tecnológicos, humanos, sociales y económicos, razón por la cual los procesos de evolución son constantes y cada vez más acelerados. Un ejemplo de esto es como la industrialización y las nuevas formas de hacer negocios en el mundo propiciaron el crecimiento de las economías interconectadas, sin límite de frontera, que facilitan los intercambios comerciales, tecnológicos, sociales y humanos a nivel internacional, por lo que la competencia global se ha establecido como el eslabón más fuerte de las economías. Ante un mundo globalizado, históricamente los diversos lideres y lideresas de los países han enfocado sus esfuerzos por generar las condiciones macroeconómicas necesarias para que sus economías sean atractivas ante los nuevos procesos de inversión, innovación, crecimiento y desarrollo, sin embargo, la eficacia de los modelos de desarrollo de apertura comercial sigue siendo cuestionada, ya que si bien la interconexión económica no es buena o mala por sí sola, una débil planificación interna (elementos microeconómicos)para su gestión sí que podría ocasionar o acrecentar los retos de desigualdad, pobreza, y asimetrías vinculadas al crecimiento y desarrollo económico nacional. Lo cierto es que, en la actualidad las fuerzas de mercado están reposicionado la importancia de gestionar las estrategias de crecimiento y desarrollo económico desde enfoques más territoriales y/o locales, resultado de esto son los nuevos procesos de políticas de desarrollo territorial, los Enfoques de Competitividad Sistémica, las estrategias de especialización inteligente, los nuevos procesos de externalización comercial como el Nearshoring y los modelos de articulación productiva tipo Clúster, como claros intentos por aprovechar las oportunidades de los mercados internacionales, pero de una manera...
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