Summary: | La sociología de la ciudad occidental se fundamenta en que toda fijación espacial supone, de suyo, una fijación de índole psicológica y espiritual. A través de este arraigo, significativamente diferenciado de un dominio extrínseco del entorno, el hombre hace pie con firmeza en que la dimensión horizontal del habitar,, es lo que le permite vislumbrar con mayor claridad aquella otra dimensión, ya vertical, que remite tanto a lo hondo como a lo alto. "Hondura" que no hace sino referirse a la autenticidad del ser-persona, y "altura" que supone reconocer al hombre capax universi.
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