Contaminación del aire /

Históricamente la gente detectó la contaminación con sus narices, sus pulmones y sus ojos. La sensación poco confortable asociada a la inhalación de humo proveniente de las llamas encendidas para la cocción de alimentos inmediatamente hace que la gente se ubique viento arriba de la fogata. Y este pu...

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Detalles Bibliográficos
Autor principal: Sbarato, Darío (autor)
Otros Autores: Sbarato , Viviana M. (autor)
Formato: Libro
Lenguaje:Spanish
Edición:1ª edición
Materias:
Descripción
Sumario:Históricamente la gente detectó la contaminación con sus narices, sus pulmones y sus ojos. La sensación poco confortable asociada a la inhalación de humo proveniente de las llamas encendidas para la cocción de alimentos inmediatamente hace que la gente se ubique viento arriba de la fogata. Y este punto hizo también que se creara uno de esos maravillosos dichos populares que ayudan a sobrellevar situaciones desagradables: “el humo sigue a los lindos”, con lo que nos consolaban de niños cuando, en las rituales reuniones familiares, nos quejábamos ante las llamas del próximo asado… Desde los comienzos, el indicador más importante de la contaminación ha sido lo que cada persona podía percibir: Las “nubes” visibles resultantes de la dispersión y absorción de luz por las partículas suspendidas y por algunos gases, situación que no se daba con el aire limpio. Todo parece indicar que el primer registro sobre regulaciones en relación a la contaminación del aire fue un decreto real de Inglaterra del siglo XIV para reducir el uso del carbón. Fueron observadas altas correlaciones entre el humo negro proveniente de las chimeneas, la reducción de la visibilidad, las deposiciones negras sobre edificios y vestimentas y malestar respiratorio.
Notas:resusmen tomado de la págijna web de la editorial
Descripción Física:112 páginas : ilustraciones ; 25 cm
Público:General
Bibliografía:Incluye bibliografía
ISBN:9789871432363