Sumario: | La experiencia de las democracias, en América Latina, ha mostrado que los mecanismos electorales no son suficientes para asegurar la legitimación política. Además de ser elegidos por los ciudadanos, los gobernantes deben tener las competencias necesarias para poder desempeñar sus funciones de forma eficaz. Pues si los ciudadanos eligen a un político debido a su programa y también a su personalidad, para funciones de gobierno, tienen el derecho a esperar que ese gobernante sea capaz de implementar el programa de manera técnicamente competente. Se trata de un verdadero talón de Aquiles de las nuevas democracias, que conduce a numerosas decepciones con sucesivos gobiernos y a que las promesas del desarrollo económico queden incumplidas. ¿Cómo mejorar la capacidad de gestión de los gobiernos, cualquiera que sea el signo político de éstos? En este volumen se reúnen un conjunto de ensayos sobre los aspectos básicos del buen gobierno en América Latina, a cargo de expertos latinoamericanos y europeos. El diálogo con expertos europeos resulta muy interesante desde una perspectiva latinoamericana, pues las democracias europeas han logrado asegurar un nivel mínimo de gestión administrativa, como estructura básica del Estado, en forma profesional e independiente de la política. Esta misma experiencia se traslada al nivel de la integración supranacional. Pero si bien el modelo europeo tiene aspectos potencialmente útiles, hay otros que deben ser evitados.
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