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|a Resumen de la obra Otelo. Otelo, general moro al servicio de la republica de Venecia, enamora con los relatos de su vida y hazañas a la bella y casta Desdemona, hija del senador Brabancio, a la cual rapta y hace su esposa. Por exigencias del servicio del estado, Otelo y su mujer, separadamente, parten de Venecia para reunirse en Chipre. El malvado y envidioso Yago, alférez del Moro, a quien aborrece por creer que galanteo anteriormente a su mujer, Emilia, y mas aun por juzgarse menospreciado por el nombramiento de teniente recaído en el honrado Casio, se propone amargar la existencia al ingenio Otelo haciendo nacer y alentando en su alma el tormento de los celos, sin preocuparse por las victimas inocentes que puedan sufrir las consecuencias de su odiosa intriga. Con diabólica astucia logra Yago, primero, embriagar a Casio, que nunca bebía, llevando a provocar un escándalo preparado de antemano, que da por resultado que Otelo le prive de su cargo a aquel. Después incita al inocente destituido a que busque la protección de Desdemona, a quien su esposo no negaba nada, para obtener del Moro el perdón; y al mismo tiempo, por si y por mediación de Emilia, su mujer, dama de Desdemona, convencen a esta de que interceda con su marido para que levante el castigo al culpable. Por medio de malvadas y hábiles insinuaciones, hace surgir Yago en el pecho del enamorado y candoroso Otelo la sospecha de unos amores entre su virtuosa esposa y Casio, sirviendo de prueba decisiva de la supuesta pasión criminal un pañuelo que el moro regalo a Desdemona y que Yago consigue sea visto por el celoso Otelo en el poder de Casio, el cual ignoraba hasta de quien era la prenda. Con tan frágiles cimientos se levanta el formidable edificio de unos celos realmente africanos, que traen como consecuencia el decreto de asesinato de Casio, cuya ejecución se confía a Yago, y el estrangulamiento de la inocente desdemona por su propio marido. El malvado promotor de la tragedia acaba enredado en las mallas de la misma, pues ante el lecho de Desdemona se ve acusado y descubierta toda la intriga por su propia mujer, Emilia, y por Casio, que escapo con vida del atentado. El conocer el horror de su situación, Otelo se da muerte ante todos, después de haber visto a yago, el cual es entregado a la justicia del nuevo gobernador, Casio, con encargo de hacerle sufrir los mayores tormentos.
|b Resumen El mercader de Venesia. Porcia, la dama de Belmonte (Población también citada en el cuento de Giovanni), posee tres cofrecitos de oro, de plata y de plomo, respectivamente, y habrá de casarse con aquél que elija el que encierra el retrato de ella. Diversos pretendientes fracasan en la prueba, pero no Basario, que está enamorado de Porcia, y elige el cofrecito de plomo, que es el que contiene el retrato. Basanio, antes de acudir a la prueba, y para equiparse convenientemente, ha pedido dinero a su amigo Antonio, rico negociante de Venecia, quien, no disponiendo de él en aquella época, y deseoso de servir a Basanio, lo pide prestado a Sylock, judío que le odia, y este pone como condición que si no devuelve Antonio el dinero en la fecha fijada, deberá al judío una libra de su carne. Antonio se ve inhabilitado de pagar al llegar el vencimiento del préstamo, y es detenido y encarcelado. Sabe Basanio la triste noticia y, apremiado por Porcia, vuela en socorro de su amigo, ofreciendo a Sylock el triple de la suma adeudada; pero el judío no acepta lo que le ofrecen y, lleno de odio hacia Antonio, exige la libra de carne de éste. El tribual de Venecia se hace cargo del asunto. Porcia, deseosa de salvar al amigo de Basando, se presenta ante el tribunal, disfrazada, en substitución del verdadero juez, y otorga a sylock la libra de carne; pero le dice que es solo carne lo que debe de recibir, y que si al cortarla llega a verter una sola gota de sangre la pagara con su vida. Así confunde al judío, que, además de verse privado de la vergüenza que tanto ansiaba, ve confiscado sus bienes. Como retribución de sus servicios, Porcia no acepta los tres mil ducados que le quieren dar Antonio y Basanio; pero le pide a este, que no le ha reconocido bajo su disfraz, un anillo que ella misma le había entregado. Vacila Basando; pero, ante el servicio que aquel seudo juez había prestado a Antonio, acaba por acceder a lo que Porcia le pide. Ya de nuevo en Belmonte, Porcia le pide a su prometido la sortija, finge indignarse y al fin acaba de descubrir su juego. Una escena semejante se desarrolla en Enriza que se había disfrazado de pasante de abogado, y su prometido Graciano; pero también entre estos dos acaba todo a gusto de ellos. Luego, la hija del judío sylock, que se había fugado con su novio, se ve perdonada por su padre y nombrada su heredera, a todo esto se le obligó, a Sylock ante el tribunal de Venecia, por imposición de Porcia.
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