Sumario: | Cincuentón sumido en la rutina de una existencia gris, Alfred Jones tenía buenos motivos para considerar que la vida era poco atractiva... hasta que conoció a Anna-Luise se enamoró de ella. Hermosa, rica, Joven y enamorada su vez de Alfred, la muchacha había de ser también, fatalmente el vinculo entre el y su padre (su aborrecido padre), el enigmático doctor Fischer. ¿Qué aberrante curiosidad, que genero de indagación motivaba los actos de ese hombre? Anfitrión fastuoso y bromista muy especial, el doctor Fischer ofrecía brillantes fiestas que eran autenticas trampas, redes sutilmente tendidas para atrapar a sus huéspedes y divertirse observando hasta qué punto la codicia lleva a los hombres a someterse a las mas degradantes humillaciones. Una diversión de “gran guiñol”, un juego macabro que podía llegar al extremo de poner la propia vida como apuesta… El drama y la farsa se mezclan aquí con preciso equilibrio: ciertamente la codicia y la avidez de los hombres pueden llegar a lindar con lo grotesco; pero también existe la dignidad-O, si se prefiere, la integridad- Capaz de desbaratar todo intento de rebajar el fondo más íntimo del hombre.
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