Crónica de la intervención /

Sin duda Crónica de la intervención es la novela más ambiciosa y lograda de la obra narrativa de García Ponce. En ella confluyen y se repiten especularmente todas sus obsesiones. Mariana es reconocida por Anselmo, que ve en ella su disponibilidad y su belleza y se la entrega a Esteban; Maria Inés, q...

Descripción completa

Detalles Bibliográficos
Autor principal: García Ponce, Juan 1932-2003 (autor)
Formato: Libro
Lenguaje:Spanish
Edición:Primera edición en Lecturas mexicanas
Colección:Tercera serie. Lecturas mexicanas ; 59
Materias:
Descripción
Sumario:Sin duda Crónica de la intervención es la novela más ambiciosa y lograda de la obra narrativa de García Ponce. En ella confluyen y se repiten especularmente todas sus obsesiones. Mariana es reconocida por Anselmo, que ve en ella su disponibilidad y su belleza y se la entrega a Esteban; Maria Inés, que no conoce a Mariana pero tiene su mismo cuerpo, su misma figura, su mismo rostro, es reconocida por José Ignacio, con quien se casa y tiene hijos. Esteban, quien ya es pareja de Mariana, un día conoce a Maria Inés. La similitud de los cuerpos es increíble. Él le ha tomado fotos a Mariana desnuda y se las muestra a su alter ego. Ella le pregunta en primer término qué truco usó para tomarle esas fotos, en las que se reconoce, consciente sin embargo de que jamás se ha dejado fotografiar por él de esa manera. Él le responde que no es ella, que es otra, Mariana, y sin embargo es idéntica. El juego de espejos se lleva a su máxima expresión. Primero es José Ignacio quien, bajo la complicidad de Esteban, ama a Mariana. Amar a Mariana es al mismo tiempo amar a su mujer, Maria Inés. Luego Esteban ama a Maria Inés, con el permiso de José Ignacio. Los dos ven a aparecer a sus mujeres de una manera diferente. La Mariana que se ha entregado no sólo a José Ignacio sino a otros le pertenece a Esteban aún más. La Maria Inés que se ha entregado a Esteban y a otros le pertenece a José Ignacio mucho más. Crónica de la Intervención es en muchos sentidos un homenaje y un reflejo de El hombre sin atributos, de Robert Musil. Del mismo modo que en la magna obra del escritor austriaco la Acción Paralela, destinada a mostrar el brillo del imperio austro-húngaro termina por ser su canto de cisne, en la novela de García Ponce el Festival Mundial de la Juventud –las olimpiadas de 1968- son precedidas por la matanza de Tlaltelolco. La irracionalidad política provoca un sinfín de muertes, de asesinatos. Entre los muertos en la plaza se encontraban Mariana y Anselmo. Esa irracionalidad política se ve reflejada también en Evodio Martínez, reflejo especular del Moosbruger de la novela de Musil. Ambos representan el sinsentido que se apodera de la realidad, mejor dicho, el sinsentido que interviene en la realidad. A esa intervención se refiere Juan con el título de su novela. Evodio asesina a José Ignacio, su patrón, porque ha dejado que las fantasías invadan su mundo, y en esas fantasías José Ignacio es quien no ha hecho posible que él haga el amor con Maria Inés, como ha visto desde su atalaya en el árbol cómo Anselmo y Esteban la poseen ante la complicidad de José Ignacio. Mariana y Maria Inés son dos personas pero un mismo cuerpo. ¿Cuál es su identidad? Para el narrador su identidad proviene de la mirada de los otros. Al entregarse a esa mirada ellas se reconocen y se definen en su capacidad de seducir, de ser miradas, de estar disponibles, en su capacidad de perderse a sí mismas y encontrarse en esa pérdida. Así, las dos son la síntesis perfecta de los personajes femeninos de García Ponce. Llegan inclusive a amarse entre sí. El narcisismo que incluye al otro. La contemplación de Mariana en Maria Inés y de Maria Inés en Mariana, y además, la contemplación de sus amantes que las miran arrobados. García Ponce usa la palabra incandescencia, como la usará otra vez en De Anima. No hay belleza más admirable que la de la mujer que viene de entregarse a un tercero y esa entrega se la ofrece al hombre que ama, que acepta que la única fidelidad posible es la que ellas guardan a sus deseos y a su disponibilidad. Al final de la novela, Maria Inés y Esteban, que han perdido a José Ignacio y a Mariana se encuentran. No pueden amarse a pesar de que se ven interminablemente. No pueden amarse hasta que no encuentran la presencia de un tercero, Fernando Romero, compañero de trabajo. Entonces Maria Inés se muestra nuevamente como disponibilidad y el narrador afirma que lo que Maria Inés afirmaba era “la posibilidad de la visión”. La novela comienza cuando Mariana afirma: “Quiero que me cojan todo el día y toda la noche”. Más de mil páginas después, Esteban, el “hombre sin atributos”, el Ulrico que se deja llevar, afirma en el último capítulo: “Mariana lo dijo, eso fue lo que dijo en verdad. Quero que me cojan todo el día y toda la noche equivale a encontrarse con un tipo de feminidad que acepta prestar su cuerpo como modelo del mismo modo que lo entrega para llegar al placer en sí misma y más allá de sí misma y permite crear gracias a ese modelo un cuerpo de palabras”. Ese cuerpo de palabras es el que alimenta esta novela y toda la obra narrativa de García Ponce. El autor afirma que él se crea al describir la belleza femenina, la disponibilidad y la mirada y que al inventar ese cuerpo de palabras, inventa a sus personajes y se inventa a él mismo. Y termina señalando: “Pero esa sería otra novela. Y también la misma”.
Notas:Resumen tomado de: http://www.garciaponce.com/resenas/jalcronica.html
Descripción Física:v. 2, (525 páginas) ; 21 cm.
ISBN:9682935555 (volumen 2)