Sumario: | Podría decirse que El Leoncavallo es una novela negra, oscura en su tratamiento de los grandes temas del amor, la muerte y la locura. Sin embargo, hablando sobre Débora, luego de su muerte, la voz narrativa manifiesta esta espléndida frase: "Débora. Amor trunco, pero amor al fin y al cabo...". Al volver a El Salvador, cuando Guillermo abraza a Juan Sebastían, su viejo amigo y compañero de lucha, cárcel y exilio, la voz narrativa exclama en nombre de Guillermo "aquí estoy, para no dejar morir la esperanza". Es así como el final de la novela pone de relieve su divergencia con la novela negra. Porque si bien esta obra se trata de la tragedia de un amor trunco, de una esperanza trunca, de una revolución trunca, la novela es, al fin y al cabo, sobre el amor, la esperanza y la revolución.
|