| Sumario: | La sorpresa es uno de los elementos que caracterizan estos cuentos de Abel Garache. Lo inesperado salta en el último momento y sorprende al lector. A través de un hilo, a veces complicado, a veces simple, el autor guía al viajero hacia un final que no se imaginaba. Hay también ciencia-ficción en estos relatos: “Fetoprecosz”, mezclado con algo de macabro; “Melgasbal”; crítica social dentro de ese mundo tecnológico-científico: y neuvamente un mundo destruido en “Apocalipsis”: guerra nuclear, año 2001. Garache trata también la crítica social, descríbela vida miserable del hombre: Acahualinca, todos los barrios marginados, la injusticia de nuestro tiempo, las situaciones anti-hombres en que viven los seres, la fuerza bruta contra la humanidad indefensa: “El pepenador”, cuento doloroso que refleja una existencia amarga, miserable, donde no hay ninguna especie de salida hacia un futuro más luminoso. O como ese otro “La revancha”, en donde el oprimido pasará luego a convertirse no en juez de sus opresores, sino en opresor de los mismos oprimidos, sátira, absurdo de nuestros días. Dentro de esa misma línea de denuncia social está “Burguesomanías”, en donde la inocencia es castigada, como siempre, por hechos que no ha cometido. Y están también esos tres cuentos breves: “El incrédulo”, “Décimo piso”, “El arca”, en donde la sorpresa se intensifica por el mismo relato corto, breve.
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