| Sumario: | Para elaborar el trabajo se tomaron como puntos de apoyo a los bibliógrafos, a los viajeros, a los historiadores, a los diarios de la época, y a los sucesivos cronistas que ha tenido la Ciudad de México, a partir de Cervantes de Salazar en adelante, porque han sido ellos los que, a través de su mirada, han podido detener en el tiempo los diferentes cambios que ha padecido la ciudad y en ése su afán han dejado registrado lo que quizá para otros ojos hubiera pasado inadvertido. Hasta donde fue posible, se relacionaron los nombres antiguos de las calles con los nombres actuales, a fin de ubicar lo que fue la zona de mayor actividad comercial en materia de libros, donde se imprimía, se negociaba, se realizaban transacciones, donde vemos surgir las primeras tiendas que vendían libros, donde se establece el primer agrupamiento de librerías propiamente dichas y finalmente localizar esa zona en lo que hoy identificamos como el Centro Histórico de la Ciudad de México.
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