| Sumario: | Los nódulos tiroideos muestran una alta prevalencia dentro de nuestra población, sin embargo, no todos los nódulos son sospechosos de malignidad y de los sospechosos de malignidad, no todos cumplen criterios para toma de biopsia. El presente trabajo se realizó en un hospital de reciente reapertura, donde la cantidad de pacientes atendidos y seguidos por nódulos tiroideos es aún baja. Se obtuvo una muestra de 50 pacientes con nódulos tiroideos, los que contaban con reporte de BAAF. De todos los pacientes evaluados el 96% eran mujeres, un 38% se encontraba entre las edades de 50-59 años y procedían de la zona urbana. Los nódulos estudiados mostraron tamaño entre 1-3 cm (74%), de localización central (86%), hipoecogénicos (58%), sólidos (56%), de márgenes irregulares (58%), con focos ecogénicos puntiformes (48%) y mostraron una morfología distinta a la “más alta que ancha”. Predominaron aquellos localizados en el lóbulo izquierdo (38%), se reportaron al menos dos nódulos en la descripción ecográfica (32%). La clasificación TIRADS obtenida fueron categoría 4 (72%) y 5 (28%), no se reportaron TIRADS 3 o 2 dentro de los biopsiados. Una vez obtenido los resultados de la BAAF se encontró NFB (64%) y neoplasias malignas en un 12%. La prueba de Pearson, realizada entre la clasificación TIRADS y los resultados de la BAAF, aportó evidencia estadística no significativa, con un valor de p = 0.682. Sin embargo, a la hora de correlacionar todas las características ecográficas de los nódulos con los resultados de la BAAF, se demostró que la composición (p = 0.50), márgenes (p = 0.46) y los focos ecogénicos (p= 0.34), mostraron valores estadísticamente significativos, lo que nos traduce que existe correlación entre dichas características ecográficas y los nódulos sospechosos de malignidad
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