| Sumario: | El adecuado manejo del dolor postoperatorio es nuestro deber como médico y anestesiólogo. A pesar de los recursos que cuenta la medicina hoy en día, según datos de la Asociación Internacional del dolor, aproximadamente 80 % de los pacientes que se someten a un procedimiento quirúrgico presentan dolor. El control del dolor postoperatorio agudo mejora la recuperación y calidad de vida del paciente. Durante el periodo postoperatorio temprano, el adecuado control del dolor permite al paciente participar de forma activa en la rehabilitación para su recuperación a corto y largo plazo. Un tratamiento agresivo del dolor no es solo un acto humanitario, sino que proporciona beneficios indispensables para la mejoría del pronóstico, disminución de morbilidad y mortalidad, y reducción de la estancia hospitalaria, favoreciendo menos gastos al sistema de salud. La morfina es el opioide estándar de oro para el manejo analgésico, concepto que persiste a través de los años y lo que ha cambiado es el que se debe utilizar asociado a otros fármacos (Acetaminofén, anestésicos locales, ansiolíticos, otros) o con diferentes técnicas de administración (subaracnoidea) que nos obliga a reducir la dosis pero nos permite disminuir sus efectos colaterales, tal y como dicta la analgesia multimodal, que se presentan más comúnmente al utilizarlo por otras vías como la intravenosa.Las consideraciones bioéticas para implementación de estudios experimentales de manera adecuada es una limitación cuando se quieren realizar de manera pertinente en nuestro medio, sin mencionar todo lo que implica el poder aliviar el dolor a nuestros pacientes como parte de un paradigma general en el cual nos interesamos por generar dicho alivio. Se lleva a cabo el siguiente estudio para valorar las distintas experiencias, respecto al uso de opioides en la práctica clínica. Tomando en cuenta diversos factores que pueden influir en pro o en contra de su utilización
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