| Sumario: | La participación de diferentes sectores en la economía de un país, es importante. El sector cooperativo, no es la excepción y su aporte se puede ver con los más de 800.000 asociados que tienen las cooperativas. En términos generales cuando se habla de regulaciones, siempre surge la pregunta de qué tanto es necesario regular y hasta qué punto, una excesiva regulación, puede desestimular las actividades económicas, y por ende el desarrollo de un país. En el tema bancario y específicamente en el sector cooperativo de ahorro y crédito, no está exento de esta disyuntiva sobre los extremos de la regulación. Se puede afirmar que el sector cooperativo y específicamente las cooperativas de ahorro y crédito, muestran, como entidades financieras de intermediación, los riesgos inherentes a su giro comercial, sin embargo, su nivel de riesgo es menor, al de un banco, en vista de que sus operaciones son principalmente con asociados. El Sistema Bancario Nacional e internacional, aún tiene muy presentes la consecuencia de la crisis hipotecaria del 2008, cuyos efectos sobre las exportaciones y el turismo y el negocio de bienes raíces, tuvo en nuestro país. En nuestro país en el sector cooperativo, aún se recuerda los problemas que llevó al cierre de Coopemex en el 2010 y también en Coopeaserri, cuyo trámite de liquidación está en proceso, según reporte del señor Marco Hernández, responsable de la supervisión de empresas financieras y cooperativas de la SUGEF. Es importante señalar que los eventos ocurridos tanto en Coopemex como el de CoopeAserri, son originados en manejos inapropiados del grupo directivo, de esas organizaciones.
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