| Sumario: | El derecho de cada persona a la educación resulta un elemento trasformador en sí mismo, con el potencial de transformar las vidas de las personas, comunidades y sociedades. Existe una amplia gama de marcos normativos, declaraciones y compromisos firmados y asumidos por los países de la región. Sin embargo, con tan solo mencionar el tema no es suficiente. La necesidad de un compromiso no solo político sino económico y de financiamiento de la educación, para que efectivamente pueda garantizarse el derecho a la continuidad educativa de todas las personas en un marco de educación de calidad, inclusivo y con equidad. En este sentido, también cabe destacar el valor comparativo que constituye la gobernanza y su formidable efecto de incidencia educativa al reforzar la vital importancia de la adopción de un enfoque de derechos, basado en la no discriminación, pero por sobre todas las cosas, enfocado en la igualdad de acceso y permanencia de grupos más vulnerables.
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