| Sumario: | A partir de la década de 1990 Costa Rica, reflejó un crecimiento significativo en el sector turístico, debido en gran parte a la riqueza de los recursos naturales y a las diversas actividades turísticas que se pueden desarrollar. Según Núñez, M. (2017) “Los turistas que llegan a Costa Rica lo hacen por su clima, seguridad, el costo del viaje, sus atractivos naturales y la experiencia turística que ofrece, con una estadía promedio de 12.2 noches por visitante”. Durante este periodo, los turistas se desplazan a diferentes zonas del país, para el disfrute de diversos atractivos y actividades turísticas, entre ellas las culturales, mismas que bien diferenciadas y posicionadas pueden atraer más turistas a las comunidades, sobre todo a aquellas que se encuentran en las zonas de influencia de áreas protegidas, parques nacionales o sectores con grandes atractivos naturales. Debido al interés por atraer turismo, las diferentes regiones del país se esfuerzan por generar, no solamente infraestructura turística, sino también experiencias complementarias que puedan desarrollar y enriquecer la oferta que se brinda a las personas visitantes. Siendo este uno de los principales retos para las comunidades rurales y más aún, para las que tienen una lejanía considerable con la capital u otros destinos turísticos con mejor posicionamiento. Una de las regiones que enfrenta estos retos, es la comunidad de Palmar Sur de Osa, principalmente considerada como una ruta de paso hacia otros destinos principales como el Parque Nacional Corcovado.
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