| Sumario: | Esta sección se creó con el afán de motivar el estudio de la vida y la obra de personas ilustres, quienes han enriquecido y propiciado el conocimiento, el amor y el respeto por la naturaleza. El gran impulso que recibió la exploración botánica de Costa Rica durante los últimos años del siglo XIX tuvo su origen en las iniciativas de Mauro Fernández Acuña (1843-1905), el gran reformador de la educación costarricense. Como Secretario de Educación en el gobierno de Bernardo Soto, Fernández fue responsable de la contratación de una serie de profesores extranjeros, especialmente suizos, con cuya ayuda pudo fundar las dos instituciones que serían el modelo para el sistema educativo costarricense durante las próximas décadas: el Liceo de Costa Rica y el Colegio Superior de Señoritas. En el primer grupo de educadores suizos que arribó al país en el año 1886 se destacó pronto el profesor Pablo Biolley, quien realizó grandes aportes al desarrollo de la educación de nuestro país, preparando, entre otros textos, un manual de gramática de griego antiguo y un compendio de historia natural. Un año más tarde (1887) arribó el segundo grupo, del cual formaba parte el gran Henri Pittier (1857-1950).
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