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|a Desde su inicio como nación, la base de la economía de Costa Rica ha girado en torno a la agricultura; destacándose fundamentalmente los cultivos del café y el banano, alcanzando hasta la fecha el calificativo de productos tradicionales. Sin embargo, como resultado de la crisis de los años ochenta, el gobierno promocionó políticas para diversificar las exportaciones a partir de productos no tradicionales, tales como el chayote, el melón, pejibaye, entre otros. Actualmente las exportaciones de Costa Rica en el área agrícola del 100% de las exportaciones, los productos no tradicionales alcanzan el 88% (COMEX,2020), lo cual se traduce en cerca de 233601 empleos directos ocupados y 35029 de personas desempleadas en agricultura, logrando una fuerza laboral de 268630 personas (SEPSA, 2020).El reto actual para la agricultura consiste en dar valor agregado a los productos, siendo la industrialización la forma tradicional de lograrlo, sin embargo, se debe tomar en consideración otros elementos característicos del país que dan valor agregado de una forma intangible, dando imagen adicional al producto e incidiendo favorablemente en la selección de preferencia del consumidor final. Entre estos elementos distintivos se pueden mencionar: uso de buenas prácticas agrícolas basadas en el desarrollo ambiental sostenible, tecnificación de la agricultura, erradicación de la pobreza y el respeto a los derechos laborales. En el caso de la presente investigación, se selecciona el chayote como objeto agrícola de estudio, al cual se pretende brindar un valor agregado basado en políticas sustentadas en el concepto del Comercio Justo, cuya esencia es descrita por la Organización Comercio Justo como “un sistema comercial solidario y alternativo que persigue el desarrollo de los pueblos y la lucha contra la pobreza”.
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