| Sumario: | Actualmente se vive en la era de la información, por lo tanto, la disponibilidad y manejo de los datos se ha vuelto parte fundamental de las industrias, independientemente de la naturaleza del negocio. De esta manera, las ciencias aplicadas al uso de computadoras han llevado la forma de acceso, salvado y distribución de la información a alcanzar niveles sin precedentes, donde día con día se denota que todos los productos van enfocados a la facilidad y eficiencia con que pueden ser utilizados. Así pues, los procesos digitales que hoy se conocen y con los que se está acostumbrado a interactuar, como las aplicaciones de “streaming” como Netflix, HBO Max, entre otros; servicios de llamadas en tiempo real independientemente del lugar donde se encuentren los integrantes de esta, formas de pago mediante aplicaciones móviles en contraste con recibir este servicio desde una sucursal, etcétera, han tenido una interesante línea histórica. Por ejemplo, la posibilidad de realizar cálculos matemáticos complejos en unos cuantos segundos fue lo que permitió a mentes brillantes, como la del inglés Allan Turing, desarrollar las primeras máquinas que se pueden llamar “computadores” (Pena, R, 2013). No obstante, si bien toda esta serie de avances tecnológicos ha permitido alcanzar objetivos que antes habrían sido inimaginables, también ha traído una serie de desafíos que enfrentar. De ahí que la evolución del flujo de capitales y el comercio han sido uno de estos ámbitos donde se han conseguido grandes avances, incluidas la facilidad y la rapidez, además de la seguridad y la conveniencia.
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