| Sumario: | Livingston llama a esta biografía "una búsqueda" para su padre, el científico ganador del Premio Nobel Albert A. Michelson, y sus mediciones de la velocidad de la luz y la física newtoniana y allanaron el camino para Einstein y los relativistas. Ha realizado su investigación con diligencia, incluso dominando las complejidades de los experimentos complejos de Michelson en óptica y las explicaciones al lector llego en términos razonablemente lúcidos. Lamentablemente, el hombre resulta mucho menos accesible que el científico o su trabajo, una figura remota que impresionó a sus colegas y aterrorizó a sus estudiantes graduados. "Dody", "su hijo menor por un segundo matrimonio, aparentemente lo conocía como un padre afectuoso, aunque malhumorado; pero es su reputación y no es su personalidad lo que se explica en esta biografía laboriosa. su vida en una ciudad minera de California, Michelson comenzó sus mediciones de luz mientras que ella enseñaba en la Academia Naval de los Estados Unidos. Su logro más notable fue el de Michelson-Morley de 1879 que estableció la velocidad de la luz como una constante, subvirtiendo las nociones predominantes de "éter" como el medio por el que pasaba. Curiosamente, Michelson fue un conservador rígido que encontró la teoría de la relatividad de Einstein, a la que había contribuido inadvertidamente, repugnante; hasta el final de su vida se negó a aceptarlo. Tal vez lo mejor de la biografía de Livingston sea el sentido que da las disputas teóricas que van desde la comunidad científica en los años de Planck , Bohr, Michelson y Einstein. También le dice que Michelson tocó el violín, pintó acuarelas y disfrutó del tenis. Pero una recitación de los logros del gran hombre no es suficiente para hacerlo involucrar o ser atractivo.
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