| Sumario: | La aviación hoy en día es considerada uno de los medios de transporte más seguros y tecnológicamente más avanzados del mundo, capaz de recorrer distancias muy largas en lapsus de tiempo muy cortos. Desde la creación de las primeras aerolíneas se ha visto innumerables avances que han hecho de la aviación un método efectivo y muy utilizado en la población mundial para llegar rápidamente a su destino. Sin embargo, tomando en consideración las amenazas internas y externas que se pueden encontrar en un avión como las condiciones meteorológicas a las que una aeronave se expone constantemente, los posibles daños mecánicos, el terrorismo o cualquier otra posible afectación; puede provocar una gran catástrofe y afectar directa o indirectamente tanto a las personas como a los objetos que viajan en ellos. Es por ello que salta una duda inquietante de carácter jurídico, teniendo en cuenta que en una aeronave, convergen una gran cantidad de nacionalidades (La de la aerolínea, el pasajero, el lugar de despegue, el lugar del accidente, el lugar del destino, entre otros...) entonces nos preguntamos: ¿Cuál es la jurisdicción competente para interponer un proceso concerniente a la responsabilidad que conlleva este tipo de daños? ¿Qué restricciones existen para determinar la jurisdicción competente?. Es muy confuso el poder determinar una jurisdicción que pueda conocer del proceso, sin embargo, este va a ser el tema de estudio en el que se basa nuestra tesis, iniciando desde la génesis del Convenio de Varsovia de 1929 y los protocolos Conexos posteriores hasta llegar al análisis concreto del Convenio de Montreal de 1999.
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