Sumario: | El desarme es una cuestión de carácter universal. La carrera armamentista de finales del siglo XX termina con el fin de la Unión Soviética y el ascenso de Estados Unidos como potencia principal en un mundo unipolar. Sin embargo, con el gradual surgimiento de nuevos actores relevantes en la política internacional, el desarrollo de tecnología nuclear con fines bélicos se percibe como la principal amenaza a la humanidad. La proliferación de armas nucleares durante la Guerra Fría no solo modificó las dinámicas de seguridad internacional, pero además redefinieron esquemas dentro de nuestra doctrina, introduciendo el debate sobre la guerra atómica y sus temibles repercusiones. A nivel de relaciones multilaterales, el debate se centra en la capacidad de los Estados para abandonar el uso de la fuerza en las relaciones internacionales, y por esta razón se percibe como prioridad el desarme y la no proliferación. La Primera Comisión de la Asamblea General de Naciones Unidas, la organización internacional más importante y con mayor accionar en la agenda global, se ocupa de los asuntos del desarme, desafíos globales y amenazas contra la paz. A medida que pasan los años, grandes avances se realizan en beneficio del desarme general, en miras al establecimiento de una estructura de control internacional eficaz, como, por ejemplo, la ratificación de las Convenciones sobre Armas Biológicas (1975) y Armas Químicas (1997). No obstante, es importante reconocer que el esfuerzo para la erradicación de las armas nucleares no ha sido tratado de la misma manera, demostrando un arduo proceso de diálogos descartados por las potencias que limitan el desarme general y eficaz. La presente investigación explorar el desarrollo de la norma del desarme nuclear desde América Latina y el Caribe, enmarcados en las principales dinámicas a nivel internacional, con el objetivo de estimular el debate desde una perspectiva regional. Con este fin se ha recurrido a los datos históricos y las estructuras existentes del desarme, entre ellas el Tratado de Tlatelolco como pilar fundamental de la no proliferación en la zona.
|