| Sumario: | No hay un consenso internacional para la definición del concepto de envejecimiento. En base a ciertos criterios psicológicos y patrones biológicos se esclarece el panorama general de una persona en el declive de su vida. A partir de ciertos datos ofrecidos por las especialidades de medicina, psicología y laboratorio clínico, se pueden obtener biomarcadores que sean referentes del estado biológico de una persona. El biomarcador debe poder medirse objetivamente y ser evaluado como un indicador de un proceso biológico normal, estado patogénico o de respuesta a un tratamiento farmacológico (Robert & David, 2010). La enfermedad de Alzheimer es un tipo de enfermedad cerebral degenerativa, lo que implica que va desmejorando la calidad de vida con el tiempo. Se cree que la enfermedad de Alzheimer comienza 20 años o más antes de que aparezcan los síntomas (Braak, Thal, Ghebremedhin, & Del Tredici, 2011), con pequeños cambios en el cerebro que son imperceptibles para la persona afectada. Solo después de años de cambios cerebrales, las personas experimentan síntomas notables, como pérdida de memoria y problemas de lenguaje. Los síntomas ocurren porque las células nerviosas (neuronas) involucradas en el pensamiento, el aprendizaje y la memoria (función cognitiva) se dañan o se destruyen. Las personas suelen vivir con síntomas de Alzheimer durante años. Con el tiempo, los síntomas tienden a aumentar y comienzan a interferir con la capacidad de las personas para realizar actividades cotidianas. En este punto, el individuo tiene demencia debido a la enfermedad de Alzheimer, o demencia de Alzheimer (Alzheimer Association, 2019). En los últimos años, los descubrimientos de biomarcadores para el diagnóstico de EA (enfermedad de Alzheimer) son importantes para entender la progresión de la enfermedad. Muchos de los estudios de biomarcadores se han enfocado en dos de las proteínas anómalas involucradas en el proceso neurodegenerativo, la proteína ß-Amiloide y la proteína Tau. Ya que se ha comprobado que existe una acumulación del fragmento de proteína ß-Amiloide (llamadas placas beta-amiloide) fuera de las neuronas interfiriendo con la comunicación de neurona a neurona en las sinapsis y una acumulación de la proteína tau (llamada enredos de tau) dentro de las neuronas que bloquean el transporte de nutrientes y otras moléculas esenciales dentro de las neuronas. Toda esta situación contribuye al proceso de inflamación y atrofia cerebral ocasionando que el sistema inmune cerebral actúe (microglia) (Prokop, Lee, & Trojanowski, 2019). La microglia intenta eliminar las proteínas tóxicas, así como los restos generalizados de las células muertas y moribundas. Se cree que la inflamación crónica se establece cuando la microglia no puede con todo lo que necesita ser eliminado. La atrofia o contracción del cerebro ocurre debido a la pérdida celular (Alzheimer Association, 2019).
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