| Sumario: | Con frecuencia, hechos históricos que parecen intrascendentes, llegan a tener un significado mayor que el suceso en sí. La venta de un trozo de fruta y el no pago del mismo, caldeó los ánimos esa tarde del 15 de abril de 1856. Loa panameños se enfrentaron con un grupo de norteamericanos aventureros, buscadores de oro que iban de paso hacia California. El encuentro provoca un tumulto que ocasionó decenas de muertos y heridos. Solo un personaje magistral como don Pablo Arosemena, podría analizar con la frialdad de un jurista y el detalle de un reportero, los testimonios de los que intervinieron en el suceso, y dar claridad a una de las muchas injusticias cometidas contra el pueblo panameño en sus ya largas relaciones con los norteamericanos. (Tomado de la contracubierta)
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