Sumario: | Escribir algo que pudiera compartir con otras personas, ha sido siempre uno de mis anhelos. Hoy le doy gracias a JEHOVÁ MI DIOS por haberme iluminado, guiado y permitido alcanzar esta meta. El Marañón, antes llamado Guachapalí y posteriormente se cambió a El Marañón; no es solo mi viejo barrio, es también el de muchos que vivieron allí antes y después que yo. Hoy, cuando su desaparición física es inminente, pues es muy poco lo que queda; perduran en nuestros recuerdos: las batallas libradas para sobrevivir y las metas alcanzadas. Aunque el barrio ya no es el mismo, quiero conservar estos recuerdos, para que no parezca que nunca existió. --
|