Sumario: | En los 32 poemas cortos de La mitad de un destello que nos devuelve, atendemos a una fina urdimbre de paisajes y acontecimientos personales marcados por un vaivén amoroso. Amarse y dejarse, amarse en una superficie que «tiene escamas de melancolía / esparcidas y traslucidas», amarse con lentas maneras y recordar la medida y el tiempo de las cosas. Ese movimiento acuático o pendular, significado en versos cortos, nos permite ver por la mirilla de una puerta, la silenciosa manera de observar y recordar de un yo poético que no se resiste a los hechos, sino que los reconstruye desde el deseo de un reencuentro distinto. Frente a su narración cargada de memoria, estos poemas cortos y contundentes, como un golpe o un beso, nos conmueven y obligan a masticar una cierta domesticación de las formas. En este poemario, como señala Octavio Paz, «la poesía siembra palabras en los ojos» y, sobre todo, por eso, vale la pena leerlo como si fuera una invitación a pensar también en las experiencias de sentir a través del lenguaje. Andrea Cabel. --
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