| Sumario: | El incremento de la violencia asociada con las pandillas en nuestro país se ha convertido en una de las preocupaciones principales que afrontamos como sociedad. Los miembros de estas pandillas tienden a formar parte de estos grupos de identidad durante la adolescencia temprana, lo que contribuye a la estigmatización de este grupo de la población. La adolescencia sin duda es periodo de desarrollo y crecimiento, de cambio, de riesgo, una encrucijada en el camino de la vida donde decisiones determinan futuros afectando de una manera particular sueños e ideales posteriores. Este fenómeno en nuestro país, debemos remontarnos en los años 80 donde apareció la primera pandilla llamada "El Clan Agua", la misma operaba en el Chorrillo, en la ciudad de Panamá. Hace falta solo ver en internet o en periódicos locales las cifras oficiales de pandillas en nuestro país, por ejemplo, aproximadamente unas 255 están operando con vigencia en nuestro suelo istmeño, pese a todos los intentos que han hecho los gobiernos y los espacios de prevención en hogares, colegios y universidades valores y enfatizar los riesgos que encuentran los que incurren a estos grupos, aún esta realidad existe. El tema de las pandillas juveniles es tratado y entendido de manera diferente en todo el mundo, la falta de educación, el desempleo, la desigualdad de oportunidades, la exclusión social, la pobreza y la urbanización son factores, frecuentemente asociados a la existencia de pandillas juveniles delictuales, específicamente en las regiones de más inequidad social y distribución desigual de los recursos. En estos últimos meses la violencia por causa de estos grupos ha ido creciendo. En Aguadulce las autoridades han hecho decomiso de drogas, armas de fuego, dinero en efectivo y aprehensión de menores de edad y jóvenes entre los 19 y 23 años como parte de los operativos que se realizan de manera sorpresiva para frenar la delincuencia. Los aguadulceños están atemorizados y muchos aseguran que son menores de edad los actores principales de estos hechos que mantienen el distrito en un ambiente inseguro, pues a diario las guerras entre pandillas o grupos delincuenciales son evidentes a plena luz del día en diferentes sectores. En el corregimiento de Pocrí, perteneciente al distrito de Aguadulce, se manejan pequeños grupos que se autodenominan también "Pandillas", son grupos que han surgido en los últimos años, los cuales ya han cometido muchos actos delictivos, inclusive homicidios. La población aledaña los cataloga como tales, pues repiten las mismas características de pandillas ya señaladas por las autoridades de seguridad nacional, es el caso particular de la Barriada Hollywood, lugar donde operan uno de los grupos más temidos del corregimiento, ahí su actuar ha despertado preocupación e inseguridad dentro de los moradores. La evolución de las pandillas en Panamá en los últimos años refleja índices alarmantes nos obligan, como sociedad, a buscar medidas efectivas, por lo menos para tratar de frenar sus efectos. Como fenómenos sociales que ha sido estudiado profundamente no deja de tener un impacto a nivel familiar y social en general. La conformación de las pandillas no es un problema aislado que comprometa solamente a la familia o a la institución educativa, es un problema social por las repercusiones que conlleva, por lo que a los organismos públicos como los no gubernamentales les corresponde asumir acciones de coordinación para el apoyo a jóvenes que se insertan en las pandillas con el fin de buscar buenos amigos, pero en realidad son atrapados por el consumo de alcohol y drogas, como la despersonalización de su yo.
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