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|a PREFACIO, El que desde la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Querétaro pudiera dirigir mi interés, tanto profesional como humano, hacia la problemática de una comunidad de las llamadas "marginadas", en este caso "Lomas de Casa Blanca", constituyó para mí la realización de un viejo anhelo. El poder enlazar mi formación clínica a un problema social me significó la justificación máxima de mi profesión. El trabajo que a continuación queda a consideración del lector fue en sus inicios la expresión de un deseo que me acompañó desde estudiante, y que paulatinamente se fue transformando en algo concreto y muy complejo, que en algunos casos rebasó mis posibilidades. Sólo en último término constituyo el motivo de una investigación. Coincidiendo con mis estudios de Maestría, los cuales exigían para mi titulación la presentación de una tesis, el trabajo comunitario también exigía una mayor profundización. En lo que se refiere a esta última etapa, quiero expresar mi profundo agradecimiento a mi Director de Tesis, profesor Jorge Galeano Massera, quien me guio en los primeros pasos de la labor investigativa. Su asesoramiento y acompañamiento constante en la tarea me permitieron transformar una manera anárquica de pensar la realidad en una ideación precisa y tendiente a la objetivación. Asimismo, la índole de todo trabajo social nace que, en muchos momentos, y principalmente cuando llega su finalización, las emociones también nos interfieran. Su calidad humana y comprensión me permitieron elaborar y superar esos estados, tanto desde el trabajo de campo como desde la reflexión teórica. Así mismo agradezco a todos los adolescentes de Lomas de Casa Blanca, la disposición que tuvieron cuando fue necesario realizar la aplicación de test, sabiendo que era parte de un trabajo de investigación. Les agradezco también el profundo afecto que me manifestaron durante todo el tiempo que trabajamos juntos y que aún ahora en circunstanciales encuentros me expresan. Le agradezco al Dr. Carlos Dorantes González, en aquel tiempo Director de la Facultad de Psicología, la oportunidad que me brindó de poder desarrollar mi proyecto y su participación en el mismo. También a los maestros que en determinadas circunstancias me brindaron su experiencia y a los alumnos que participaron en la tarea. Principalmente a Reyna Alvizar Aguilar que desde el inicio del trabajo fue una compañera de labor infatigable, debiéndose a su interés y participación muchos de los logros obtenidos. También agradezco al antropólogo Bernardo Romero Vázquez su apoyo y participación en las dinámicas grupales que desarrollamos con las bandas y su actitud crítica en las evaluaciones que hacíamos de nuestro trabajo. Agradezco también a la psicóloga Cristina Oñate la ayuda prestada en la evaluación de los test. Nélida B. Gliemann Pastor Universidad Autónoma de Querétaro Junio, 1987.
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