| Sumario: | Plantea que tanto el hombre como el gobernante han perdido la perspectiva existencial de la historia, en el sentido de que estamos en el mundo por un tiempo muy corto y que esa presencia es la ocasión para aportar al bienestar de la humanidad. Señala que no son tiempos sin historia, sin proyectos ni utopías, no es el fin de la historia, sino hora de que como historiadores demos una visión a la sociedad en horizontes temporales más amplios e interdisciplinarios, dando sentido a los sucesos y procesos al enlazarlos y conectarlos al presente, en aras de entender que todo lo que el hombre hace tiene consecuencias. Apunta que el concepto de etnohistoria contempla al sujeto de la historia desde una perspectiva exterior a la occidental, pero manteniendo los mismos referentes teóricos y conceptuales occidentales, intentando dar cuenta de concepciones acerca de la historia y el tiempo que manejan los pueblos y las sociedades diferentes a la de ellos. Señala que dentro de las comunidades nativa
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