Sumario: | Uno de los principios básicos de la LOGSE es el de individualización de la enseñanza. Éste conlleva la necesidad de que la escuela, reconozca las diferencias individuales del alumnado y en función de su diversidad, planifique su respuesta educativa de acuerdo con las necesidades, posibilidades y capacidades de cada uno de los alumnos y alumnas , construyendo entre todos y para todos una escuela de calidad. Una escuela de calidad sería según definición de Wilson (1992) la enseñanza consistiría en planificar, proporcionar y evaluar el currículo óptimo para cada alumno, en el contexto de una diversidad de individuos que aprenden. Una escuela de calidad debería de ser capaz de atender la diversidad, así la calidad se relaciona con la capacidad de ofrecer a cada alumno el currículo que necesita para su progreso. Los alumnos superdotados, es obvio que este grupo de alumnos se encuentran dentro de los llamados diversidad. En todo grupo escolar existen alumnos/as capaces de aprender con rapidez y transferir lo aprendido de un área a otra o incluso utilizar los conocimientos adquiridos de forma diferente y creativa, otros, sin embargo, requieren mayor números de repeticiones para consolidar su aprendizaje. Esta capacidad para dar respuesta satisfactoria a las necesidades de todo el alumnado, implica una planificación cuidadosa del currículo y una coordinación eficaz. Planificar el currículo es necesario para determinar qué, cómo y cuándo evaluar y exige necesariamente, además del conocimiento de las características del alumnado y de sus experiencias previas de aprendizaje, una coordinación eficaz de todo el profesorado. Dicha coordinación debe contemplar la racionalización del empleo del tiempo de aprendizaje hasta la articulación de las materias y las secuencias didácticas de modo que se dé una coherencia del currículo global, facilitando la transferencia de aprendizajes y se eviten duplicidades y errores y repeticiones innecesarias.
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