Sumario: | No es que a la casa de le hayan abierto las cinco ventanas tradicionales: es que en el estado perfecto del alma sensitiva la casa toda se hace de cristal: el oído ve, la vista gusta, el tacto escucha, y en la cooperación armoniosa de los cinco sentidos la casa se enciende en deleitosa transparencia. Leyendo los poemas infantiles de Claudia Lars, única en su expresión, nos ponemos ingrávidos y traslúcidos. Así obra la magia de este libro encantado. La casa de vidrio es este libro de ternura, construido con palabras cristalinas y brillantes imágenes; aureolado todo él con reflejos de iris de los prismas: lágrimas tiernas y viva gota de rocío matinal, pequeño como ellas, pero reflejando en su fondo toda la grandeza del mundo.
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